El espejismo de ser millonario

Imagínese que, de repente, su banco le comunica que ha recibido una herencia que le convierte en millonario. Y ahora suponga que, después de haber empezado a gastar, le comunican que todo fue un error. Además de rocambolesca, es una historia totalmente real.
El espejismo de ser millonario
Todo empezó en diciembre del año 2002, cuando el Banco de Valencia comunica a uno de sus clientes que había heredado de su padre una cartera de valores tasada en 4,6 millones de euros. Era millonario.
El espejismo de ser millonario
La suma era tal que el hombre pidió que se comprobara de nuevo y el Banco confirmó el montante, fiándose de lo que había comunicado el banco francés BNP, que era la entidad que custodiaba la herencia en cuestión.

Así las cosas, el heredero de la supuesta fortuna solicitó un crédito al Banco de Valencia para que le adelantara el dinero y, no sólo empezó a gastarlo -renovó su mobiliario, se compró un coche nuevo...- sino que vendió su casa y abandonó por completo su negocio, una empresa de jardinería.

El problema vino cuando, meses después, el Banco de Valencia volvió a ponerse en contacto con el hombre para comunicarle que, en realidad, había heredado poco más de 4.600 euros, y no 4,6 millones, como creyó desde el principio. El sueño de ser millonario fue sólo eso, un sueño.

El banco francés se percató de que se había producido un error al anotar la cartera de valores en los registros informáticos, lo que dio lugar al equívoco.
Lejos de ser rico, el cliente había contraído una deuda de 129.617 euros. Como era de esperar, el afectado pidió explicaciones, pero el BNP argumentó que el cliente podía haber conocido el valor real de la cartera de valores porque él no era el único heredero. La precisión no convenció al perjudicado, que optó por demandar a ambas entidades bancarias: el BNP y el Banco de Valencia.

Pidió que la póliza de crédito se declarara nula y, además, solicitó una indemnización por daños y perjuicios que valoraron en 230.114 euros, pues el cliente "tomó decisiones que en otras circunstancias no habría adoptado, rechazando ingresos concernientes a su actividad profesional y realizando gastos suntuarios", según argumentó el abogado del afectado.