6 consejos para evitar llegar a una situación de embargo

El número de embargos en España crece de forma alarmante. Según datos del Consejo General del Poder judicial, tan solo en el primer semestre de 2010, fueron llevadas a cabo 51.975 ejecuciones hipotecarias, las mismas que en todo el año 2008. Además, tal como muestra un estudio del Observatorio de la Financiación Familiar de la Agencia Negociadora de Productos Bancarios, uno de cada cinco hipotecados no desahuciados se retrasa una vez al año en el pago de la cuota, lo que nos da una idea del gran número total de personas con problemas para asumir el coste de su hipoteca.
6 consejos para evitar llegar a una situación de embargo
Una de las medidas que supondría un auténtico alivio para los afectados sería la aprobación por parte del Gobierno de la dación en pago, también llamada hipoteca a la americana. De ser aprobada, la deuda del hipotecado se saldaría devolviendo el piso al banco, sin más consecuencias que haber perdido el dinero pagado hasta la fecha. Pero aunque la medida llegó al Congreso con el apoyo de varios partidos políticos, finalmente no fue aprobada ni existe actualmente ninguna solución inmediata alternativa.

Entonces, ¿qué podemos hacer si nos encontramos ante un problema de impago?
1. Comprobar si la hipoteca cuenta con un seguro de protección de pagos o desempleo, ya que esto cubriría las cuotas mensuales impagadas de hasta doce meses.

2. No esperar hasta el último momento. Si, por ejemplo, faltan pocos meses para que se nos acabe el paro, ahora es cuando todavía tenemos opciones y capacidad de maniobra. Pensemos que, en el momento en que dejemos de pagar, no solo perderemos nuestra vivienda y todo lo invertido hasta la fecha, sino que nuestra deuda aumentará todavía más a causa de los intereses de demora, comisiones de impago, costes judiciales, etc. Hay que evitar a toda costa llegar a esa situación.

3. Tomar parte activa en el asunto. Lo primero es avisar al banco de que, dentro de poco, no vamos a estar en disposición de seguir pagando, e intentar negociar con él una cuota más barata. Entre las opciones para abaratar la mensualidad, encontramos:

Carencia de capital. Se trata de que, por unos meses, paguemos únicamente los intereses sin amortizar capital. Esta operación puede reducir la cuota hasta un 50%. Si todavía no es suficiente, podemos intentar negociar una carencia total para no pagar ni capital ni intereses durante algún tiempo.

Capital diferido o balloon. Sirve para aplazar el pago de un porcentaje del préstamo hasta la cuota final. Este porcentaje puede llegar a ser del 40%. Mientras tanto, tu cuota mensual disminuye considerablemente, ya que la cuota mensual se recalcula en base al 60% restante. Más tarde, antes de que llegue el pago de la gran cuota final, se amplía la hipoteca o se abre una nueva.





Alargar el plazo de amortización. Si el préstamo era a 25 años, podemos negociar devolverlo en 5 o 10 años más para conseguir ir más desahogados a fin de mes.
Reunificación de deudas. Si hemos llegado a esta situación porque, además de la hipoteca, tenemos múltiples deudas contraídas a través de varios créditos o préstamos, podemos contemplar la opción de agrupar todas nuestras deudas en una sola cuota, mucho más baja que la suma de las que pagábamos antes. La operación implica que pagaremos durante más meses y por lo tanto más intereses en total, pero es cierto que de una forma mucho más cómoda que nos ayudará a llegar con holgura a final de mes.

4. Si no estamos absolutamente seguros de que nuestra situación económica mejorará en breve, es necesario mentalizarse de que es mucho mejor vender la casa cuanto antes, aún si es por menos del valor de nuestra deuda. Por un lado, si comunicamos al banco nuestra intención de vender, aumentamos las posibilidades de que se muestre dispuesto a negociar una reducción de la cuota o unos meses de tregua mientras dura nuestro problema. Por otro lado, será mucho mejor deber 10.000 euros (imaginemos que esa es la diferencia entre nuestra hipoteca y el precio que ofrece el comprador) al banco que 100.000. Incluso podemos intentar negociar que la deuda quede saldada si lo vendemos en poco tiempo, a pesar de una pequeña diferencia. Lo que seguro no arreglará las cosas es no aceptar la situación y negarse a vender esperando un milagro.

5. Recordar que la ley dice que la dación en pago no es obligatoria para los bancos, pero no que el hipotecado y su banco no puedan llegar a este acuerdo si a ambas partes les parece bien. Se sabe que algunas entidades han aceptado el trato (en casos contados) aunque, por supuesto, no se trata de algo que interese hacer público. En cualquier caso, no perdemos nada por intentar negociar.

6. Acudir a asociaciones de consumidores o de afectados por la hipoteca como la PAH, que ayudan a los hipotecados con problemas de pago proporcionándoles información, llevando a cabo actos públicos y concentraciones, emprendiendo acciones legales y logrando evitar algunos embargos.

Además, ante el constante aumento de familias que pierden su casa, parece esperable que los Gobiernos adopten medidas que disminuyan el número de desahucios. Por un lado, recordemos que a pesar de que el partido que más ha insistido en adoptar la medida es ICV, CiU presentó en diciembre de nuevo la propuesta, poco antes de ganar las elecciones catalanas. Por otro, el ministro de Gobierno, José Blanco, tras anunciar el rechazo de su partido a aprobar la dación en pago, se ha mostrado públicamente dispuesto a buscar medidas para frenar el aumento de embargos. Solo cabe esperar que en, algún momento, los intereses de las personas pasen por encima de los del banco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...